Sobre VOX, la Clase Obrera y fascismo.

Origen de VOX. ¿Apoya la clase trabajadora a VOX?. ¿Defiende VOX a los obreros?

Durante hace ya más de dos años el partido VOX ha ido ganando fuerza electoral por todas las instituciones del Estado Español. Un partido que era una escisión residual del Partido Popular se ha tornado en uno de los partidos con mayor número de votos. Desde 2013, cuando se funda el partido con figuras situadas en el ala derecha del PP hasta hace apenas dos años el partido no acaparaba ninguna atención mediática pero de un tiempo a esta parte todos los medios han puesto el foco en esta sigla, siendo cómplices de su auge con una campaña informativa que VOX ha instrumentalizado con el viejo bien o mal pero que hablen.

Su subida en lo que respecta a número de votos comenzó con un discurso similar al del PP en lo económico pero escudándose en una dialéctica populista en lo referente a la lucha contra la corrupción, el nacionalismo español o el control migratorio. Estos eran sus puntos diferenciales respecto a la derecha clásica y mediática, espectro dónde ya estaba asentado Ciudadanos. 

Durante este tiempo VOX ha estado en boca de mucha gente y se les ha caracterizado de diversas maneras, una de ellas es la de definir a VOX como un partido fascista, sobre lo que se hablará más adelante. Llegados a este punto, en abril de 2021 y con el contexto en el que estamos viviendo marcado por la pandemia, parece que VOX ya desde hace meses está centrando sus esfuerzos en dirigir su discurso hacia la clase trabajadora. 

En primer lugar, señalar que en distintos momentos electorales no se ha apreciado hasta el momento grandes niveles de representación censitaria en barrios con marcado carácter obrero, más bien ha ido ganando peso paulatinamente en barrios ricos o fuertemente aburguesados, eso hasta ahora ha sido tendencia con los datos en la mano con algunas excepciones. 




Obviamente desde una perspectiva marxista no podemos dar más importancia de la que tiene al parlamentarismo burgués pero Lenin destaca en La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el comunismo la importancia que pueden tener las convocatorias electorales a la hora de poner el termómetro a las masas. 

Para seguir, VOX ha mostrado en repetidas ocasiones su desprecio hacia los barrios obreros o populares, llegando a calificar una de sus portavoces, Rocio de Meer, como estercoleros multiculturales a éstos. Numerosos tertulianos de distinta orientación, muy mediáticos ellos, han venido a decir que VOX era un partido de las élites para las élites con una distancia inmensa con lo que supone la cultura y los entornos de los trabajadores. 

Esto último no es ninguna falsedad. Mismamente hace más de un año se decía que VOX no tendría nunca la proyección del Frente Nacional en Francia por su incapacidad de construir un discurso populista en lo más social. Hasta hace un tiempo esto era totalmente cierto pero también es certero afirmar que desde hace ya largos meses la dialéctica y la estrategia del partido liderado por Abascal es muy diferente y parece que han cambiado el rumbo en este sentido. 

La creación de un sindicato asociado a VOX a mediados de 2020 confirmaba este giro y en las últimas convocatorias de VOX se ha ido viendo un cambio discursivo e incluso hace unos días hemos visto a estos señores visitar el barrio madrileño de Vallecas, dónde todos vimos lo que pasó. Han editado numerosos materiales como vídeos dónde podemos ver a multitud de trabajadores, con distintos atuendos de currela clásico expresar su apoyo al partido y su oposición a la izquierda. 

En definitiva, más que reconfigurar sus propuestas y mensajes hacia lo social lo que han venido haciendo por el momento es explorar la vía del agravio comparativo: vagos contra trabajadores, mantenidos contra aportadores a la Seguridad Social, trabajador nacional contra inmigrantes, etc. Esto más que propio de la denominada Nueva Derecha Europea o de discursos socialpopulistas de derecha está más bien encuadrado con lo que ya hacía Margaret Thatcher, aunque estos movimientos también se apropiaron del lenguaje torie en determinados momentos.

No es que el partido haya tomado un giro ideológico de gran calado en este sentido pero la forma de transmitir el mensaje o su área de comunicación si que ha tenido en los últimos meses una estrategia renovada dirigida hacia una parte de la clase obrera desencantada con la actual situación, el gobierno central o que fruto de la alienación puede ser propensa a votar a un partido profundamente liberal en lo económico. 

Volviendo al tema de su sindicato, que casualidades de la vida se llama Solidaridad, recordando a aquel esperpento polaco antiobrero y anticomunista liderado por Lech Walesa y financiado por el Vaticano, hay que señalar que ya podemos ver claramente la hipocresía de VOX y de su nueva estrategia. El sindicato no se define ideológicamente de una forma clara pero ha lanzado doce medidas para resumir sus intenciones y su ideario. 

En este sentido abogan por una política económica proteccionista, un discurso xenófobo hacia inmigrantes pero también hacia la diversidad cultural endógena del propio Estado Español y el fin de las subvenciones públicas hacia patronales y sindicatos. También inciden en medidas que fomenten la natalidad y la reindustrialización española al tiempo que piden una subida del SMI y piden que el Estado pague las nóminas en situaciones de emergencia social tipo la que hemos vivido con el Covid-19. 

Obviamente para empezar VOX ha votado repetidas veces contra la subida del SMI o distintos tipos de salarios sociales que se han planteado en diversas Comunidades Autónomas. Por lo que ya en este punto, quedan con el culo al aire. Evidentemente la concesión de subvenciones hacia patronales y sindicatos les preocupa mucho también, siempre que no dejen de ir a las distintas organizaciones patronales, esto es obvio y demostrable. En lo referente a la inmigración habría que analizar realmente lo que haría VOX con este problema, dada la instrumentalización que el gran capital ha hecho siempre de la inmigración a la hora de ajustar y regular el mercado laboral bajando salarios y ampliando el gran ejército de reserva. 

Sobre lo referido a políticas proteccionistas y reindustrializadoras no es más que puro marketing trumpista, ni ellos ni ningún partido político se van a poner a plantar cara a los decretazos que imponga ese gran club europeo de oligarcas que es la Unión Europea. 

Dicho esto, es evidente que Solidaridad no tiene por el momento mucho recorrido, los señoritos no pueden liderar un sindicato y eso por el momento al obrero, aunque alienado, todavía le chirría. En definitiva, como expresó Jorge Buxadé en la presentación de Solidaridad llamando a la unidad de empresarios y trabajadores, a la unidad de los españoles, en definitiva, no es más que otra estrategia derechista para conciliar intereses de clase.

Es también obvio que pueden recoger algo de descontento de trabajadores quemados con las grandes centrales sindicales (UGT y CCOO), dado que estas dos siglas no persiguen otra cosa que no sea mantener la paz social y que los conflictos laborales no puedan alcanzar un grado suficiente de intensidad que puedan doblegar el brazo a la patronal. De hecho, no han debido pensar en otra cosa a la hora de animarse a lanzar públicamente un sindicato. 

Por lo tanto, con los datos en la mano podemos afirmar que hoy en día VOX no es una fuerza sustentada por la clase trabajadora, más bien todo lo contrario. Es verdad que evidentemente si que tienen un apoyo casi unánime entre las fuerzas represivas estatales, cuya condición no deja de ser asalariada, aunque evidentemente no son clase obrera. Si tenemos que poner el foco en dónde el partido de Abascal tiene mayores apoyos no podemos ignorar los datos y estos se corresponden en áreas dónde las rentas son muy altas. 

Acabando este artículo eso si, en conclusiones quiero advertir de una series de peligros que entraña esta demagogía social en la que VOX se ha embarcado, pero por el momento dejemos aquí esta cuestión sobre la naturaleza de clase del apoyo a VOX. Vamos a hablar ahora un poco sobre la identidad ideológica de VOX o la definicion política que podríamos hacer de esta sigla, analizando además, el momento lo pide, si VOX es o no es fascista.

¿Qué es VOX? ¿Es VOX fascista?

VOX en su definición oficial más reciente alude querer perseguir la consecución de un Estado más pequeño, garantizar la unidad e igualdad de los españoles y defender la libertad individual o privada frente a lo público. Resumen su proyecto en la defensa de España, su concepción de España, claro, la familia y la vida, claras referencias católicas y conservadoras. Se muestra a su vez como defensores a ultranza de la propiedad privada y de una carga fiscal mínima. En este sentido, vemos que todo esto no son más que clásicas referencias liberal-conservadoras clásicas.

Por otro lado, mezclan su nacionalismo español con una casi sonrojante defensa de la institución monárquica, a veces usando una verborrea de defensa del status quo de 1978 y también a veces viendo en la Corona un esencialismo de lo español. En cuanto a la naturaleza plurinacional del Estado Español son una fuerza que totalmente contraria a esta tesis, manteniendo todo tipo de argumentario alrededor de la unidad del Reino de España, unas veces para parar cuestiones como el procés otras para atacar a lenguas nacionales, como pasa en Asturies día si día también. 

Vox no se define a sí mismo como un partido político al uso, sino como un movimiento político y social que lucha contra lo políticamente correcto y las imposiciones del Estado contra los ciudadanos. Vienen, afirman, a poner las instituciones al servicio de la ciudadanía y no de los políticos. Por tanto, tienen ciertas referencias a lo que algunos politólogos llamaron nueva política cuando aparecieron fuerzas como Podemos y Ciudadanos. 

Por tanto, en resumen, si cogemos la definición que hace VOX de sus principios o de los motivos de su existencia, su praxis, sus nichos de voto o su trabajo parlamentario podemos llegar a ciertas certezas para definir qué es VOX:

- VOX es un partido ultraliberal en lo económico. Defienden la gestión económica privada sobre lo público y entienden que el Estado ha de tener muy poca influencia sobre la economía de un país. Sus posicionamientos en lo referido al mercado laboral, los servicios públicos o posibles regulaciones o prestaciones sociales están encuadrados en posturas liberales, mucho más que por ejemplo el Partido Popular.

- VOX es un partido nacionalista español. Evidentemente esta es la cuestión que más aglutina a sus simpatizantes, la cuestión de la constante soflama patriotera. La crisis política que se ha ido generando en Catalunya en los últimos años y una gestión pésima por parte del gobierno de Rajoy de este problema ha dado alas a un nuevo nacionalismo español más autoritario y recalcitrante a todos los niveles. En los últimos meses han cogido el testigo de los movimientos que se reclaman de la Nueva Derecha, erigiéndose en defensores de los españoles frente a eso que llaman "globalismo", dando un paso más hacía una supuesta tercera posición en esta materia, aunque por el momento no es más que pura propaganda. 

- VOX es un partido monárquico. Esto es importante, aunque no sorprendente. Es bastante común en la derecha española la defensa de la monarquía y el régimen borbónico pero en este sentido no parece haber voces críticas internas. Pese a su corto recorrido y quizá una falta de debate interno sobre esta cuestión concreta VOX tiene muy claro este aspecto y no parece que nadie en las bases del partido cuestione el modelo de jefatura del Estado. 

- VOX es un partido conservador. El partido defiende el modelo tradicional de familia, se muestra claramente en contra de las políticas auspiciadas por el feminismo y se alinea con la doctrina política de la Iglesia Católica en España. Rechazan todo modelo de multiculturalidad y parecen echar en falta ciertos patrones culturales comunes más propios de la España de los años 50 que de 2021. En lo referente a la cuestión migratoria son abiertamente xenófobos siempre y cuando los migrantes sean personas empobrecidas. 

En resumen, podemos decir que VOX es un partido de ultraderecha, si. Neoliberal en lo económico, ultraconservador en lo sociocultural, xenófobo y que usa un nacionalismo español carpetovetónico para defender los intereses del capital y el modelo de Estado capitalista y monárquico que impulsó la reforma del franquismo del 1978. Podemos afirmar que es un partido ultrareaccionario y un auténtico peligro para los pocos derechos y libertades que le quedan a la clase obrera de los pueblos del Estado.

Ahora bien, entre el léxico habitual para referirse a VOX en ciertos sectores también es popular tildar al partido liderado por Santiago Abascal como de fascista. Dirigentes de Podemos han llamado a la "alerta antifascista" para parar los pies a VOX. Distintos creadores de opinión o periodistas han empleado este término también para referirse al partido aquí analizado y no son pocas las referencias. Lo cierto es que el discurso mediático ha empleado tanto esta palabra que ya ha quedado desvirtuada hace mucho tiempo. 

La III Internacional definió el fascismo como la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero (1). Así fue definido en el periodo de entreguerras, siendo la variedad alemana la que J.Dimitrov señalaba como la más reaccionaria (2). Efectivamente, el fascismo surge ante la necesidad que el gran capital tiene de parar la rueda de la historia cuando dicha rueda gira a favor de los intereses de los trabajadores y la burguesía ve peligrar sus intereses de clase. Lo que pasó en el periodo de entreguerras no fue más que salida populista y autoritaria a una grave crisis sistémica en determinados países que veían como una de las posibles salidas a esta crisis podría ser de tipo socialista y revolucionaria. Así en referencia a clara a la magnifica película de Bertolucci Novecento los fascistas empezaron a crecer como los hongos, aunque no crezcan como igual que éstos.  

Y en este sentido, sacar el fascismo a pasear por parte de la burguesía no parece lo más indicado o recurrente para mantener el actual estado de las cosas, no por el momento, dado el grado de desorganización y alienación en el que se encuentra en este momento el Pueblo Trabajador, para desgracia de todos nosotros. Con esto no se afirma aquí que no exista el fascismo ni elementos fascistas, los hay y en gran cantidad, pero un ascenso como el que está teniendo VOX en la actualidad no se explica en este sentido. 

En los momentos en los que un Estado decide iniciar el camino de su propia fascistización se crea un estado de opinión dónde los intereses de los sectores populares son expuestos de forma central en el tablero político, se supera la dicotomía derecha-izquierda e incluso los actores fascistas utilizan una clara y deformada demagogía anticapitalista y antisistema. ¿Encarna VOX en este momento histórico ese papel?. ¿Busca VOX superar el sistema representativo y sus estructuras?. ¿Sería capaz VOX de depurar a la Policía Nacional y crear sus propias fuerzas represivas?. Evidentemente no. 

Esto no quiere decir que dentro de VOX no haya personajes que han militado en organizaciones abiertamente fascistas o nazis como CEDADE, MSR, Falange, etc. Tampoco podemos obviar cierta retórica joseantoniana a la hora presentar determinadas propuestas como la del sindicato, distintas manifestaciones de distintos líderes claramente machistas o racistas o por supuesto cierta añoranza que demuestran públicamente de forma periódica con el régimen de Franco. 

Es obvio que dentro de la estructura de VOX hay elementos fascistas y si que se han reapropiado de determinadas cosas que han utilizado durante décadas neofascistas del Estado. Mismamente empiezan a utilizar eslóganes del tipo obrero y español que hasta hace nada solo utilizaban colectivos como Hogar Social para llamar a participar en la manifestación que tienen convocada este Primero de Mayo, cosa impensable hace no tanto y fruto de este giro populista en lo social que están protagonizando

También están empezando a utilizar muchos de los postulados de la Nueva Derecha Europea clásica (Frente Nacional, Movimiento Social Italiano, etc), que si que en su día bebieron de fuentes claramente fascistas o fueron refundaciones de los partidos de regímenes como el de Mussolini o la Francia de Vichy. Llama la atención que no se definan como partido sino como movimiento, aunque esto quizá tenga más que ver con el propio momento de desafección política que con neofascismo. El chovinismo de VOX en lo referente a su idea de nación también es bastante cercano y nos ha de hacer estar alerta, de eso no tenemos dudas.

Ahora bien, no podemos obviar que por toda Europa y también aquí ha habido y hay grupos abiertamente fascistas o neofascistas que hoy en día tienen más repercusión y audacia política que sus predecesores de hace décadas y que el periodo franquista supone que España tenga una serie de particularidades a la hora de tratar todo lo referente a esta execrable ideología. Es cierto también y algo natural que el neofascismo o fascismo de nuestros tiempos tengan diferencias con respecto a los fascismos de los años 30 de siglo XX ya que ha pasado casi un siglo, eso nadie lo discute.  

En suma, un análisis en frío y comparativo nos hace descartar a VOX como una fuerza propiamente fascista. Es muy difícil que algún día se quiten ese tufo a señoritos y cambien radicalmente por ejemplo sus posicionamientos neoliberales en materia de mercado. Sería apropiado empezar a diferenciar lo qué es cada movimiento sociopolítico y saber identificar y caracterizar de forma correcta lo qué es el fascismo, dado que su espectro sigue ahí, al servicio de la burguesía y cuando ésta lo requiera no dudará en volver a utilizarlo para mantener sus privilegios. 

A modo de conclusión.

Todos recordamos como el PSOE y Unidas Podemos llamaban en las últimas elecciones generales a votar contra el bloque reaccionario (PP, Cs, VOX), sacando a la palestra el fantasma de una amenaza fascista o franquista encarnada en VOX. Parecían erigirse en una especie de frente antifascista para intentar ganar una mayoría social parlamentaria para después aplicar las medidas socioliberales que están dando alas precisamente a la extrema derecha. No vamos a entrar en consideraciones sobre el autodenominado como "Gobierno más progresista de la historia" ya que no acabaríamos en la vida con ese tema. 

Lo cierto es que esta nueva izquierda oficialista, tan atenta a las batallas culturales que plantean fuerzas como VOX no ha realizado ningún esfuerzo en cambiar las condiciones materiales de la clase obrera, no se han querido o no han podido realizar ninguna reforma de calado en este sentido. Ante sus propias carencias han planteado una serie de guerras culturales e identitarias nacidas la mayor parte de ellas sobre bases posmodernas, lo que comienza a generar cada día más descontento entre los trabajadores.

Si los reaccionarios de VOX vienen hablando al trabajador de crear más empleo, reindustrialización, protección del tejido laboral, de un consumo nacional y demás falacias puede ser posible que el obrero empiece a prestar atención a estos señores mientras ve a los partidos que ha votado tradicionalmente con cuestiones como la "Ley Trans", por poner un ejemplo. En política los principios deberían ser lo más importante pero siempre analizando el sentido común general, bien para transformarlo o bien para acercarse a la gente. Por tanto no es de extrañar que el apoyo a VOX vaya creciendo en barrios obreros mientras la izquierda, la del Régimen y parte de la alternativa también, siga dando la espalda a las cuestiones de comer y tener un techo. 

Sobre la cuestión del fascismo ya se ha afirmado aquí que VOX no es un partido fascista como tal, aunque podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que si que tienen determinados tics muy cercanos a la ideología fascista de la tercera vía. Lo cierto es que al ser una fuerza terriblemente reaccionaria si que está abonando el terreno para que en un futuro próximo le salga un competidor que recoja sus cenizas y que realmente sea una alternativa fascista. Recordemos que "el fascismo nunca ha llegado solo al poder, pero lo ha ejercido de acuerdo a sus principios más radicales, no en sintonía con los mensajes atenuantes de sus apesadumbrados compañeros de viaje de la derecha reaccionaria". (3)

La lucha de clases, que claramente se va a agudizar en los años que nos vienen, no nos permite blanquear el fascismo en este momento histórico para que el día de mañana el termino no signifique nada y tengamos a auténticos elementos fascistas enfrente y con opciones de tocar poder. No permitamos desvirtuar más la palabra fascista y emprendamos una pedagogía sobre la verdadera naturaleza y definición del fascismo, sólo de esta manera el día de mañana lo combatiremos mejor. 

El falangismo previo a la guerra civil se fue abriendo camino alrededor de una cosmovisión más "inocente" y vanguardista que lo que luego vino a derivar en los pistoleros falangistas. La obra de Ortega o La Gaceta Literaria de Giménez Caballero abonaron el camino para la implosión nacionalsindicalista, junto a la acción política de la CEDA (4) y puede que este papel lo estén desempeñando los ultraliberales chovinistas de VOX y sus medios afines, pero no volvamos a caer en el error. Organicemos a la clase, señalemos la naturaleza de clase de estos reaccionarios y formemos a las masas trabajadores para identificar el fascismo y la contradicción de apoyar al patrón mientras este mismo se enriquece con nuestra fuerza de trabajo. 

Estemos alerta frente a los movimientos de esta extrema derecha, combatámosla con bases materialistas, sin comprar sus estúpidas guerras culturales o modas, estilo el Pin Parental y tendremos buena parte del camino ya ganado. Esto tiene que traducirse claro está en una doble batalla. Igualmente es necesario combatir la socialdemocracia o el socioliberalismo posmoderno para que tengamos coherencia y construyamos una alternativa social y política capaz de superar el sistema. 

En Francia la izquierda abandonó este camino hace mucho tiempo, lo que supuso que buena parte de la clase obrera y los sectores populares acabaran cayendo en la trampa del Frente Nacional, es importante remarcar en este sentido que: 

"Los votantes del Frente Nacional proceden de una cultura que ofrecía mecanismos de socialización, tutelas diversas, seguridades. Se enfrentan a una sociedad individualizada, precaria, provisional. Y se les ofrece una identidad protectora, una prevención sintetizada en el discurso nacional-populista. Los votantes siguen creyendo en los mecanismos de sociabilidad, no han renunciado a ellos, no aceptan su sistemática destrucción. Su procedencia de izquierda, en tantos casos, se basa en la protesta ante partidos que han creído posible sustituir una estructura de seguridades sociales que se consideraba arcaica, cuando era contemplado como definitiva, el fruto más apreciable de la modernidad. La frivolidad con que se ha tratado esa carencia (...) está provocando la politización de una fractura de garantías comunitarias en la peor de sus respuestas. Una respuesta que, cuando se consolide en la formulación de una gran derecha antidemocrática, capaz de trabar una alianza con los restos de los partidos de la derecha liberal, supondrá el final de las instituciones que reflejaron no sólo un tipo determinado de pacto social, sino la potencia de la cultura de la izquierda". (5).

Por tanto es vital, y más con la crisis que se nos viene encima, recuperar la cultura de la clase obrera, la cultura de la izquierda tradicional y el racionalismo. Reideologizar al Pueblo Trabajador, construyendo su autoorganización y mostrando la alternativa marxista al actual status quo. Sólo así podremos constituir el día de mañana un verdadero bloque popular que primero garantice la transformación social y segundo no tenga que llegar a levantarse como verdadero Frente Antifascista. El de verdad, no el que nos venden el PSOE o UP.





(1) La clase obrera contra el fascismo. J.Dimitrov. (1935). 

(2) Ídem.

(3) Por qué Le Pen. Ferran Gallego. Ed. El Viejo Topo. (2002).

(4) Fascismo en España. Ferran Gallego y Francisco Morente (coord). El Viejo Topo. (2005).

(5) Ídem 3. 

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