Entrevista al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

-         Para empezar, hemos leído que el núcleo fundador del PRT surge en el año 2015. ¿Qué procesos, coyuntura y posibilidades visteis para comenzar con el proyecto primigenio? ¿Qué fue la Organización Comunista Revolución? 


En resumen, podemos decir que la Organización Comunista Revolución surgió con la voluntad de generar un destacamento que apostase por la reconstrucción del Partido Comunista en España, es decir, la herramienta de vanguardia del proletariado que ha de dirigir la revolución. Nosotros y nosotras teníamos claro que ningún destacamento comunista de nuestro país representaba este Partido Comunista de Vanguardia, y muchos posicionamientos ideológicos y políticos abocaban a dichos partidos a la autocomplacencia, el sectarismo o el economicismo. De hecho, la mayoría de los militantes que fundamos la organización veníamos de las juventudes de distintos partidos impregnados de diferentes formas de revisionismo. La fundación de la Organización Comunista Revolución significaría la ruptura formal con el revisionismo.  


Por otro lado, para remontarnos a la coyuntura de aquella época, debemos entender que en 2015 vivíamos un reflujo en los movimientos y la lucha de las masas, después de las grandes movilizaciones posteriores a la crisis capitalista de 2008. Sin embargo, al calor de estas luchas se había formado una capa de activistas combativos, y de entre ellos, comunistas que empezaron a engrosar las filas de algunos destacamentos comunistas más allá del reformista PCE y sus juventudes. Podemos hablar entonces de un momento de dinamismo en el movimiento comunista de España (MCE), con el surgimiento de nuevos partidos, la escisión de otros, los procesos de unidad infructuosos, e incluso había otros procesos que planteaban, sobre el papel, cuestiones similares a nosotros.  

 

Para entender mejor el porqué de nuestra existencia en esa constelación de siglas en el MCE, podríamos decir que la Organización Comunista Revolución, nació con tres pilares clave:  

 

-El primero de ellos era nuestro espíritu revolucionario. Teníamos clara la necesidad de destruir el capitalismo y construir una sociedad socialista, cuyo medio necesario era una revolución, inevitablemente violenta. Si bien en su discurso muchos destacamentos comunistas de nuestro país apelaban a esta necesidad, ni en su práctica política ni en su formación teórica daban pasos encaminadas a ello. En el mejor de los casos, se hallaban en lógicas de eterna acumulación de fuerzas, viendo la revolución como un horizonte al que nunca se llegaría.  

 

-El segundo pilar era nuestra vocación de masas, de trabajo y lucha junto a las masas. Queríamos romper con la marginalidad y sectarismo de gran cantidad de destacamentos comunistas que se presentaba de distintas formas, ya fuera no participando en grandes colectivos de masas o en los sindicatos mayoritarios, impulsando organizaciones que sólo controlara su destacamento, montando coordinadoras como suma de siglas de distintos destacamentos marginales, etc. Muchos de nosotros veníamos, por ejemplo, de ser activistas estudiantiles durante la lucha contra el Plan Bolonia, la Estrategia Universitaria 2015 u otras reformas educativas antipopulares.  

 

-En tercer lugar, éramos una organización abierta al debate, a la crítica y autocrítica, y propiciamos un clima de democracia interna necesario para expresar con transparencia nuestros posicionamientos, nuestras dudas, nuestras inquietudes. Veníamos de proyectos revisionistas, necesitábamos romper con esas lógicas y desarrollar nuestra línea, basada en la ideología revolucionaria. Si bien este hecho supondría una etapa de desarrollo ideológico en ocasiones ecléctico, a bandazos y algo adanista, más tarde nos permitió estar abiertos a la lectura, la investigación y la formación a través de distintos referentes revolucionarios a nivel histórico y contemporáneo. Este proceso precisamente nos permitió vislumbrar como el maoísmo era la última y superior etapa de la ideología proletaria, que daba respuesta a los retos que tenemos los revolucionarios por delante.   

 

-           Pasado el tiempo, hasta marzo de este año, la Organización Comunista Revolución pasa a denominarse Partido Revolucionario de los Trabajadores. ¿Qué motivó este cambio? ¿Busca este importante cambio marcar un nuevo salto cualitativo en vuestro colectivo? 

 

El cambio de Organización Comunista Revolución a Partido Revolucionario de los Trabajadores no es un mero cambio de nombre. Como indicáis, este cambio denota una serie de saltos cualitativos que hemos tenido en estos 8 años de existencia.  

 

Evidentemente, este camino no ha sido fácil, y en estos años que llevamos activos desde entonces, nos hemos encontrado con diferentes problemas, retrocesos, errores de dirección en los frentes de masas, etc. Pero siempre hemos tenido presentes cuáles han sido nuestras limitaciones y las hemos afrontado mediante la crítica, la autocrítica y la lucha de líneas en todos nuestros órganos. Esto nos ha permitido evolucionar, y tenemos claro que nos permitirá seguir evolucionando.  

 

Respecto a los saltos cualitativos, podemos nombrar varios: 

 

El primer salto es la adopción del marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) como ideología revolucionaria y guía para la acción. La visión integral que nos da el MLM nos permite afrontar nuestros retos con mejores herramientas, analizar la realidad con mayor precisión y capacidad de cambio, entender cuáles son los objetivos, los enemigos y aliados en cada lucha. También nos permite una mayor unidad ideológica y cohesión interna y con nuestro entorno, nos posiciona dentro las tendencias del movimiento comunista nacional e internacional, etc.  

 

El segundo salto es la conformación de una dirección unificada y sólida, que ha sido capaz de dirigir el proceso de lucha de líneas que nos ha llevado a adoptar el MLM y fundarnos como PRT. Podemos decir que hemos formado un grupo, aun modesto pero en consolidación, de cuadros dirigentes formados en el MLM y bregados en las luchas de las masas, que marca las prioridades de la organización, vela por su desarrollo y dirige la actividad cotidiana de la organización. Además, hemos tomado las medidas organizativas necesarias para hacer que esta dirección ejerza como tal dentro del principio del centralismo democrático. Estas cosas parecen obvias, pero se vuelven complejas cuando se ha de construir una organización comunista desde sus cimientos. 

 

El tercer salto es dar el paso definitivo para dejar ser una escuela de cuadros, y conformarnos plenamente una organización de cuadros. Para explicar esto mejor, debemos tener en cuenta que los comunistas defendemos la necesidad de construir un partido “de cuadros”, es decir, de revolucionarios profesionales, formados en la ideología proletaria, basados en la disciplina consciente y la sujeción al centralismo democrático. El camino para formarse como cuadro no es inmediato, requiere de años de estudio y participación en la lucha de clases. En nuestro caso, intentábamos salvar ese proceso con el periodo de premilitancia en la organización. Sin embargo, innegablemente no todos los militantes que superaban la premilitancia eran cuadros, y que el nivel con el que se entraba a premilitar era muy variable. Por lo tanto, nuestra organización tenía que dedicar muchos recursos a seguir siendo esta “escuela de cuadros”. Ahora, los criterios de entrada al partido son mucho más exigentes, y además disponemos de distintas herramientas que nos sirven como “escuela de cuadros” como organizaciones juveniles, grupos de estudio, grupos de simpatizantes, etc. De esta forma, nos aseguramos un mayor el nivel en la militancia y mucho más homogéneo.  

 

-       La pregunta anterior hacía referencia al III Congreso de la O.C. Revolución. En ese mismo congreso adoptasteis la asunción del maoísmo a vuestra condición marxista leninista. ¿Qué puede aportar el maoísmo en un contexto como el Reino de España a la transformación social? ¿Veis en el maoísmo una categoría propia que supera el clásico marxismo-leninismo y si es así por qué razones? 

 

Os contaremos qué camino nos llevó adoptar el MLM como ideología revolucionaria. Nosotros empezamos a interesarnos por el maoísmo cuando hicimos un estudio exhaustivo del movimiento comunista a nivel internacional, y vimos el estancamiento de los partidos denominados marxistas-leninistas, que habían caído en el revisionismo por diferentes vías, apenas hacían actividad parlamentaria y lucha sindical o de masas dentro del marco del propio sistema capitalista, lo que ya Lenin advirtió hace más de 100 años como la desviación derechista del economicismo. Lo podíamos ver en partidos de referencia como el PCP (Portugal) o el KKE (Grecia). En otros casos, los partidos habían degenerado en organizaciones reformistas, como ala izquierda de la socialdemocracia, como el PCE (España) o el PCF (Francia), o habían caído en posiciones eclécticas, como el PTB (Bélgica). Por el contrario vimos que los procesos revolucionarios que seguían en marcha en el mundo, como en Filipinas o la India, estaban lideradas por partidos maoístas.  

 

Uno de los primeros aportes del maoísmo que vimos útil fue la línea de masas. Cuando nos formábamos sobre estas revoluciones, o incluso si se buscan entrevistas y vídeos, vemos como todos repiten las consignas: ‘de las masas a las masas’ o ‘son las masas las que hacen historia’. Detrás de esta consigna hay un método de análisis y trabajo trasversal que permea toda actividad del Partido. En nuestro caso, antes de asumir el maoísmo, veníamos de una campaña de rectificación, concepto también inspirado por los aportes de Mao, que implica un proceso intenso de movilización de las bases del partido y la crítica y autocrítica, la corrección del estilo de trabajo, etc. que pone un poco patas arriba la organización. Esta campaña de rectificación se dio principalmente porque detectamos errores economicistas, dirigistas y burocráticos en nuestra intervención en los movimientos de masas. El maoísmo nos ayudó a detectar estos errores y rectificarlos.  

 

Por otro lado, cuando uno es consciente y consecuentemente comunista, siempre se anda preguntado: ¿Cuándo consideramos que el Partido está reconstituido? ¿Cómo debe de ser la Revolución? ¿Hasta cuándo debemos acumular fuerzas? Todas estas cuestiones, que siguen siendo un reto en la coyuntura actual, desde la óptica maoísta empiezan a tener respuestas. En primer lugar, porque nos vuelven a ligar con las enseñanzas del marxismo y del leninismo, y nos recuerdan que “Salvo el poder, todo es ilusión”, es decir, que la Toma del Poder es la cuestión esencial para los comunistas. En segundo lugar, porque el maoísmo nos da la herramienta para ligar la Toma del Poder con la lucha de las masas, como es la línea de masas, así como la estrategia integral revolucionaria del proletariado, como es la Guerra Popular Prolongada (GPP).  

 

En este sentido, vimos progresivamente cómo había varios aportes de Mao que nos eran útiles, que suponían un avance con respecto a las enseñanzas del marxismo-leninismo, y que parecía además que tenían validez universal. En este contexto, hay muchos partidos, que sin ser maoístas,  opinan esto, lo que se enmarcaría dentro del marxismo-leninismo-pensamiento Mao, es decir, no consideran que el maoísmo sea una etapa en la ideología revolucionaria al mismo nivel que el marxismo o el leninismo.  

 

Por ello, uno de nuestros pasos ideológicos más importantes fue reconocer el maoísmo como la tercera etapa de la ideología revolucionaria, como un salto ideológico que tiene una coherencia interna y que debe ser entendido de forma completa, no escogiendo una o dos aportaciones de Mao según nuestros intereses. En este sentido, cabe señalar que las etapas en la ideología revolucionaria corresponden a saltos en el desarrollo ideológico en el que se plantean respuestas a nuevos retos que se van sucediendo en el trascurso de la lucha de clases.  

 

El maoísmo se desarrolló en una revolución en un país semicolonial y semifeudal dónde se construyó de forma exitosa el socialismo. Esta experiencia se sintetizó y sirvió al movimiento comunista internacional en un período en que la III Internacional no tenía una línea desarrollada sobre cómo debía establecerse una revolución con estas características. También, la Revolución China y la construcción del socialismo se desarrollaron durante el viraje revisionista del PCUS y la restauración capitalista en la URSS. 

 

Esto último es importante ya que, en este momento, se puso sobre la mesa que la restauración capitalista no era un problema sólo externo, de agentes contrarrevolucionarios y antiguos capitalistas; sino interno, es decir, del desarrollo de la línea burguesa en el propio Partido Comunista y el Estado Socialista, fruto de su burocratización, como ya empezó a apuntar Lenin en su momento. Ante esto, el Partido Comunista de China se opuso frontalmente al revisionismo y a sus postulados (convivencia pacífica con las superpotencias imperialistas y la revolución por la vía parlamentaria, burocratismo), suponiendo un avance en la comprensión del socialismo científico, que desembocó en la Revolución Cultural. 

 

De todas estas experiencias, que al final desarrollan la ciencia del comunismo, se extrajeron los aspectos universales y que se han consolidado como una tercera etapa en la compresión de la filosofía, la economía política y el socialismo científico. Para resumir: la contradicción como única ley de la dialéctica, la caracterización del capitalismo burocrático en el caso de las colonias y semicolonias, la línea de masas cuyo punto álgido es la Revolución Cultural, la Guerra Popular Prolongada con sus principios generales aplicables universalmente, la necesidad de construir las 3 armas del proletariado (Partido Comunista, Frente Unido y Ejército Popular) y un largo etcétera. 

 

Os recomendamos la lectura de nuestro documento ideológico en la web, que explica detalladamente este proceso. 

 

-           El hecho de que os defináis como maoístas nos lleva por pura curiosidad sobre una cuestión concreta, quizá pequemos de querer polemizar con este asunto. ¿Qué opinión tiene el PRT sobre la actual República Popular China? 

 

Nuestro análisis es que la actual República Popular China es un estado socialimperialista, es decir, una potencia “socialista” en apariencia, repetimos, sólo en apariencia; pero que es imperialista, y por lo tanto, capitalista. Se trata además de una potencia imperialista ascensional, aspirante a superpotencia, que está en competencia directa con Estados Unidos.  

 

Este proceso, que llamamos restauración capitalista, dista mucho de ser nuevo. El primer caso fue en la Unión Soviética, tras la llegada del revisionismo al poder. Esto no fue una cuestión de un solo día, y aunque aquí lo vayamos a analizar de forma muy resumida, se trata de un proceso complejo que supuso un nuevo reto en la comprensión de la construcción del socialismo.  

 

Uno de los desarrollos de Mao fue cómo se desarrolla la lucha de clases dentro del socialismo, y cómo ésta, efectivamente, continúa. Lo principal en el socialismo es el poder obrero, pero dentro del socialismo pueden fraguarse formas de producción capitalista a partir de la burocratización y la acumulación privada -aunque fuese ilegal- de beneficios. Ante esta situación, donde la movilización de las masas para que ejerzan su poder sobre la producción y sobre todas las esferas de la vida es clave, el revisionismo cambió de manos este poder. Se expulsaron comités regionales enteros, se hizo un programa político con ideas de acorde a la burguesía, como la coexistencia pacífica con el imperialismo o la revolución pacífica, y se dio alas a los burócratas y a esta nueva burguesía, impulsando, entre otras cosas, criterios de productividad con una óptica capitalista. Es así, resumidamente, como funciona el proceso de restauración capitalista.  

 

Para entender el caso de China, podemos ir al momento en que el Partido Comunista de China, de la mano de Mao Tse-Tung, lanzó la Revolución Cultural en 1966. Ya en este momento el revisionismo moderno tenía una posición importante dentro del Partido y el Ejército en China. En esta Revolución Cultural el partido movilizó a las masas para desenmascarar a los restauradores del capitalismo en todas las esferas: producción, educación, campo y cultura, consiguió retrasar esta restauración.  

 

Aun así, el revisionismo consiguió imponerse, encarcelando a la Banda de los Cuatro, seguidores de Mao, que aunque eran firmes en sus principios revolucionarios, tenían menos bagaje político que la camarilla de Deng Xioping. Así pues, siguiendo las pautas del revisionismo soviético, China inició un camino hacia la restauración capitalista que les ha llevado a su estado actual. 

 

En el socialismo, el aspecto principal es el Poder Obrero, no las medidas económicas ni el número de empresas públicas; en la actualidad, vemos que en el Partido Comunista de China participan oligarcas de la talla del presidente de Huawei; mientras que las huelgas y las protestas sociales son duramente reprimidas. Así mismo, la posesión de grandes monopolios y su voluntad imperialista con la Ruta de la Seda, las últimas injerencias imperialistas en Filipinas mediante la maniobra de buques, la exportación de capitales en África y América Latina, la compra masiva de deuda pública como forma de dominación a otros países, demuestran su carácter imperialista. 

 

Para detenernos un poco en la cuestión de la exportación de capitales y el reparto del mundo, China invierte capitales especialmente en África sub-sahariana, el sur de Asia y el sur de América. La exportación de capitales de China en el mundo no sólo es mediante la compra de deuda, sino a través de proyectos para la construcción, compra, mantenimiento y control de diferentes infraestructuras. En los países en países africanos, por ejemplo, estas inversiones siguen el esquema de la implantación del capitalismo burocrático, ya que van destinados mayormente a generar una red clientelar, así como a la construcción de infraestructuras destinadas a facilitar las actividades extractivas, la circulación de mercancías chinas y, más recientemente, una tendencia inicial a la deslocalización de partes de la cadena productiva industrial de menos complejidad desde China a esos países africanos. En América Latina, China se ha vuelto el principal exportador y socio en la mayoría de países, compitiendo con EEUU, y desterrando a Rusia. 

 

Finalmente, aprovechando esta pregunta, ya que saca a la luz una de las grandes polémicas y luchas en el seno del movimiento comunista, si nos permitís, queremos añadir un comentario con respecto a vuestro último artículo “La necesidad de superar las viejas pugnas del siglo XX en el Movimiento Comunista.” Como hemos desarrollado a lo largo de las diferentes preguntas de esta entrevista, la lucha de líneas dentro del movimiento comunista, nacional e internacional, es un proceso inevitable, fruto del surgimiento de una línea burguesa y una línea proletaria en el seno del movimiento. Negarlo, es negar la ley de la contradicción, ley que fundamenta la dialéctica. De la misma forma que en la sociedad capitalista hay una lucha entre las ideas burguesas (dominantes) y las ideas proletarias, esta lucha también está presente entre los comunistas, que no somos robots ajenos e impermeables a las ideas burguesas que dominan nuestra sociedad. Al principio, esta lucha de líneas entre comunistas puede ser por contradicciones secundarias y no antagónicas, es decir, se resuelven mediante el debate y la constatación práctica. Pero con el desarrollo el movimiento y durante los procesos revolucionarios, estas diferencias, estas peleas “en la misma trinchera” se pueden volver principales y antagónicas, es decir, irreconciliables. No se trata pues de una lucha identitaria entre prochinos y prosoviéticos, o entre proalbaneses y prochinos. Eso no es más que la plasmación histórica de una verdadera lucha de líneas, entre una línea proletaria y una línea burguesa. La historia demuestra lo importante que han sido estas luchas para el desarrollo ideológico de los revolucionarios, demuestra cómo pequeñas desviaciones ideológicas acaban llevando procesos revolucionarios a su fin, Estados socialistas a su restauración capitalista, Partidos Comunistas de vanguardia al revisionismo más recalcitrante, etc. No se trata de avivar viejas pugnas identitarias, aunque haya quien lo conciba así, se trata de defender la línea proletaria dentro de esta lucha de líneas incesante, aprendiendo del pasado y construyendo los cimientos de un futuro revolucionario más sólido.  

  

-            En las últimas semanas os hemos visto hacer actividades formativas alrededor de la cuestión de las elecciones burguesa. Además habéis hecho agitación y propaganda alrededor de la fecha de las Elecciones Generales del 23 de julio. ¿Cuál ha sido la propuesta concreta del PRT alrededor de los comicios? 

 

Estas elecciones han estado marcados por el voto del miedo y el chantaje a la clase obrera por parte de los sectores reformistas. Así que, en este contexto, nos hemos marcado dos objetivos a nivel de propaganda y agitación. Por una parte, considerábamos importante compartir un artículo más largo y teórico para contribuir a la lucha de líneas en el seno del MCE sobre la cuestión electoral, si es necesario presentarse o debemos hacer boicot electoral; por otra parte, nuestro objetivo era que nuestro entorno más amplio entendiera que el estado capitalista es irreformable, que es inevitable que en algún momento vaya a gobernar la derecha y que la solución a nuestros problemas no son los reformistas, sino que es nuestra clase organizada y en lucha. 

 

Como comunistas, para plantar cara a este voto del miedo, nuestra propuesta para nuestra militancia y personas afines ha sido la abstención. Pero somos realistas, sabemos que no tenemos la fuerza suficiente para llevar a cabo un boicot electoral, que se trata de un movimiento de masas organizado que impugna el sistema parlamentario burgués en su totalidad. Aunque esto no significa que no estemos trabajando activamente para trasladar esta idea de la deslegitimación a todo nuestro entorno, y a quién podamos llegar. 

 

Por otro lado, para sectores menos convencidos de las posiciones revolucionarias, hemos centrado nuestra propaganda en desenmascarar el reformismo. Por un lado, cuando la izquierda reformista te dice que tu única opción es votar, no deja de ser un acto que se lleva a cabo en solitario: entras sólo a la cabina, sales y te olvidas de ser un sujeto activo políticamente aunque el capitalismo te esté aplastando día tras día. En ese sentido, hemos recordado también que la lucha por las reformas no es un regalo para nadie: los alquileres sociales los consiguen los sindicatos de barrio, las leyes contra la violencia sexual ha sido un logro de las feministas organizadas, y una mejora de convenio no la regala el reformista de turno, sino que la pelea un comité de empresa combativo.  

 

Por otro lado, hemos remarcado no sólo las limitaciones que el reformismo tiene dentro del marco del capitalismo, de un imperialismo en decadencia. Si no también como éste se corrompe cuánto más cerca de la gestión del estado se encuentra, cómo su programa se modera y empiezan a funcionar como el resto de políticos burgueses (no responden a las preguntas que les hacen, su discurso se basa en márquetin, tiran la piedra sobre otros tejados para limpiar sus responsabilidades, se apuñalan entre ellos con tal de mantenerse el poder, etc.). Por poner un ejemplo que ilustra todo esto, durante los debates televisivos de la campaña electoral, pudimos escuchar a la candidata Yolanda Díaz decir sin pudor que “en esta legislatura había acabado con la precariedad laboral”. ¿En qué mundo viven? ¿A quién pretenden engañar? ¿Acaso el reformismo ha dejado de tener cualquier conexión con la clase obrera y su realidad? ¿Es eso lo que nos ofrecen? Palabrería y falsas promesas.  

 

-           En nuestro espacio hemos hablado recientemente sobre una ola reaccionaria que afecta a España, Europa y otros contextos territoriales en el planeta. ¿Concordáis con que hay en la actualidad una ola reaccionaria general o discrepáis de esta corriente de opinión? 

 

Para empezar, vivimos en una situación de agotamiento del imperialismo, esto significa que los beneficios que obtiene la oligarquía financiera son de cada vez más estrechos respecto a la inversión que necesitan para ser competitivos. Esto forma parte del desarrollo del capitalismo, dónde la competencia es absoluta y se define por la anarquía productiva; esto, con el imperialismo, con el dominio de los monopolios y el capital financiero, llega a un punto en el que el sistema se estanca, y ya no es que haya crisis cada ciertos años, sino que la clase trabajadora vive en una situación de crisis permanente. Una de las consecuencias es que la explotación se vuelve más aguda. 

 

El papel del Estado es, precisamente, asegurar esta explotación mediante la represión, ya sea más o menos velada. Vemos al “gobierno más progresista de la historia” sacando tanquetas para reprimir a la clase obrera gaditana e infiltrar policías en movimientos de barrio. Vemos que existen fenómenos como, por ejemplo, Desokupa, que no deja de ser un grupúsculo escuadrista que opera bajo un gobierno socialdemócrata y ayuntamientos de izquierdas (antes de las elecciones). O directamente vemos a la administración mandar 50 policías antidisturbios armados para echar a familias con hijos menores de sus casas.  

 

Todo esto que vemos es una progresiva militarización y burocratización del Estado, cada vez más alejado de las masas. Por lo tanto, mientras los programas de los bloques clásicos de izquierda y derecha se igualan entre sí, ya que no pueden ofrecer otra cosa para los intereses de la oligarquía financiera, pueden surgir partidos de extrema-derecha, como en el caso de Vox, que mediante el populismo más reaccionario buscan hacerse con una parte del voto de la derecha e incluso captar un voto “desencantado” con el sistema.  

 

Pero no podemos olvidar que estos partidos siguen funcionando dentro del marco institucional, que aunque pueda tener una imagen progresista, acaba siendo profundamente reaccionario. De igual forma, se garantiza la impunidad de su discurso de odio contra colectivos oprimidos, pero los propios mecanismos de la oligarquía financiera obligan a rebajar el programa si éste puede poner en peligro la paz social.  

 

En cualquier caso, nuestra lucha y solidaridad estará con los colectivos oprimidos por el capitalismo y sus consecuencias, venga de quien venga, sea de forma más velada o evidente y frontal.  

 

-       Entre las principales banderas de vuestro partido está la reconstrucción del Partido Comunista. Ni vosotros ni otras organizaciones asumís que la reconstrucción del Partido vaya a venir de forma unilateral desde el seno de ninguno de los partidos que se llaman comunistas en España. ¿Qué hacer ante esta tarea? ¿Qué fuerzas deberían ser admitidas para reconstruir un Partido en el contexto actual y qué fuerzas no? ¿Qué proceso y condiciones habrían de darse para llegar al inicio de un proyecto tan necesario pero a la vez tan ambicioso? 

 

Al final, llamarse Partido Comunista es gratis, lo importante es ser una fuerza política que camine hacia la reconstitución del Partido. Nosotros sí que vemos que hay diferentes destacamentos comunistas en España que, en este preciso instante, se consideran a sí mismos los Partidos Comunistas de Vanguardia, o bien creen que están cerca de serlo. Nada más lejos de la realidad. Aunque nuestro mensaje pueda parecer pesimista, hay que entender de dónde partimos: un movimiento comunista débil y desarticulado, un hilo rojo de la historia roto y, en consecuencia, un movimiento obrero que se encuentra en las mismas circunstancias.  

 

Antes de continuar debemos señalar que nosotros hablamos de reconstitución del Partido, y no de reconstrucción, porque entendemos que el golpe necesario es la constitución de una organización política con una línea ideológica clara en base al marxismo-leninismo-maoísmo, y no la simple construcción organizativa de un partido grande y funcional, o a la suma burocrática de distintas organizaciones marginales. El término constitución o reconstitución pone al mando al rearme ideológico y político de la vanguardia del proletariado.  

 

Señalamos esta cuestión, no por un debate terminológico, sino porque precisamente consideramos que en este proceso, la reconstitución del partido, el desarrollo ideológico de los comunistas y la unidad ideológica en base a éste es fundamental. Como consideramos que el marxismo-leninismo-maoísmo representa la ideología revolucionaria en la actualidad, es fundamental para la reconstitución del Partido Comunista la difusión y estudio del MLM, la lucha de líneas en torno a éste y la acción política que se derive. Podríamos decir que en la etapa actual, la lucha por adoptar y difundir el maoísmo es un motor en el seno del MCE para desarrollarse y evolucionar. 

 

También debemos hacer hincapié en que asumir la ideología revolucionaria no es simplemente firmar unos principios abstractos y gritar en alto lo revolucionario que se es. Como se podrá observar, son muchos los destacamentos comunistas en España que hablan de la revolución, del marxismo-leninismo, de la Dictadura del Proletariado, de destruir el capitalismo, y de reconstruir o reconstituir el Partido Comunista. La ideología revolucionaria no es simplemente lanzar consignas grandilocuentes, sino de ligar la teoría con la práctica, de saber adaptar los principios generales a la realidad concreta, de tener creatividad para aplicar las posiciones revolucionarias en un momento de debilidad absoluta de las fuerzas revolucionarias.  

 

De nuevo, ponemos un ejemplo. En nuestro caso, la fuerza que va engrosando a nuestro partido a través de las diferentes formas de participación, ya sea militando o colaborando, son los activistas de los movimientos sociales y sindicalistas, personas que luchan en su día a día contra las manifestaciones de la explotación capitalista y sus diferentes formas de opresión. En esta intervención de masas, de las que somos partícipes, recogemos las experiencias sacadas al calor de la lucha, aprendemos a luchar con las masas, entendemos sus diferentes formas de lucha, de organización, sus demandas, su psicología y sus contradicciones. Estas experiencias las sintetizamos, abstrayéndoles, sistematizándolas y ligándolas a la teoría revolucionaria. Esta práctica condensada y contrastada con la teoría, la devolvemos a la lucha de las masas, con ella desarrollamos y concretamos nuestra línea política. De esta forma, generamos el conocimiento revolucionario, conseguimos que se luche más y mejor, nos posicionamos como dirigentes naturales de las luchas de las masas, etc. Sin duda, la reconstitución del Partido Comunista debe ir por este camino.  

 

Con respecto a las fuerzas que deberían ser admitidas para reconstruir un Partido, la lucha de clases pondrá a cada una en su lugar. Las que desarrollen, empujen y dirijan a la clase obrera y a las masas en sus diferentes luchas podrán estar en la trinchera de los comunistas, de los revolucionarios. Las fuerzas que coopten o paralicen las luchas, que generen confusión en el movimiento, critiquen desde la barrera o confronten contra las masas justamente en lucha, estarán cavando su propia tumba.  

 

Para contestar a la pregunta final, la cuestión no es tanto cuándo se empieza a reconstituir un partido, sino qué es lo que define a un Partido Comunista reconstituido. Podríamos decir, que el Partido se reconstituye cuándo está preparado para lanzar la revolución, en un momento en el que tiene en proceso de desarrollo los otros dos instrumentos de la revolución: el Frente Unido y el Ejército del Pueblo. Para llegar a este punto es necesario establecer una estrategia política. Si os interesa conocer nuestra propuesta, está disponible en pdf en nuestra página web (somosrevolucion.es). 

 

-      Desde nuestro humilde espacio abrazamos ideas generales con otras organizaciones marxistas, como la creación de una praxis alrededor de la independencia de la clase y la reconstrucción de un Partido Comunista. En eso coincidimos. ¿Qué puede aportar el PRT a este proceso tan importante y qué problemas podéis advertir de antemano ante este futuro proceso? 

 

Como ya hemos comentado, creemos que podemos aportar en dos líneas de trabajo principales que están relacionadas entre sí.  

 

Por un lado, nos situamos como uno de los principales destacamentos en España que han asumido no sólo diferentes aportes del Presidente Mao, sino el maoísmo como tercera etapa revolucionaria. Así que una de nuestras modestas formas de aportar a la reconstitución del Partido y al desarrollo del movimiento comunista nacional e internacional es, precisamente, a través de la difusión del MLM, de nuestras posiciones públicas en torno a polémicas del movimiento comunista o de cuestiones importantes sin resolver, como es la forma que tomará la GPP en un país imperialista, etc. 

 

Por otra parte, toda nuestra militancia participa en diferentes movimientos de masas (movimiento obrero, movimiento estudiantil, grupos de estudio y agitación, juventudes revolucionarias, sindicatos de vivienda, movimiento feminista y LGBT, etc.). Es nuestro trabajo sintetizar nuestras experiencias en éstos, con tal de delimitar líneas tácticas que permitan establecer movimientos amplios y combativos, poniendo las reivindicaciones de la clase trabajadora al frente; posteriormente, a través de estas experiencias, creamos argumentarios para difundir propaganda revolucionaria para señalar las limitaciones del capitalismo y de lo que es capaz de ofrecer el estado  burgués, estableciendo la necesidad de construir un proyecto revolucionario. Esto teniendo presente que un objetivo clave a nivel estratégico es el salto cualitativo de que las luchas de masas, que actualmente son por reformas, se conviertan en frentes de lucha revolucionaria, o bien que haya aceptación en su seno de dicho programa. 

 

Una de las formas de garantizar la independencia de la clase es precisamente potenciar la línea proletaria en todos los movimientos de lucha, ya que la línea burguesa existe en todos ellos, sean interclasistas o no. Nuestra obligación como comunistas es seguir la consigna “Es justo rebelarse”, puesto que la clase obrera y las masas se rebelan contra las diferentes opresiones derivadas del capitalismo. Criticar un movimiento porque “no es suficientemente obrero” es acabar apostando por un “identitarismo obrero” como forma renovada el economicismo coetáneo a Lenin.  

 

Respecto a los problemas, nos encontraremos con miles de obstáculos. Sabemos que es un camino difícil, conocemos nuestra debilidad, la del movimiento comunista y la de la clase obrera, pero es nuestra obligación remar a contracorriente. Sabemos que partimos de la debilidad, pero también sabemos que la mayor fortaleza de nuestros enemigos, los capitalistas y el imperialismo, es al mismo tiempo su mayor debilidad: su riqueza proviene de nuestra explotación. Tenemos un mundo entero por liberar y los intereses de las masas están de nuestro lado.  


-       Muchas gracias desde UHP Asturies por vuestra facilidad para concedernos la entrevista y esperamos éxitos futuros para el PRT. Si queréis unas últimas palabras este es vuestro espacio. Salud. 

  

Bueno, en ese sentido queríamos agradeceros la oportunidad que nos habéis dado con esta entrevista, pudiendo explicar nuestra historia y algunas de nuestras posiciones principales. 

 

Por otro lado, indicar que hemos intentado explicar los conceptos y nuestras ideas principales de tal forma que sean comprensibles tanto para las personas más acostumbradas a la “jerga” comunista, como para personas más ajenas a estos conceptos (organización de cuadros, línea de masas, lucha de líneas, restauración del capitalismo, poder obrero, reformismo, centralismo democrático, etc.). Sin embargo, no hemos explicado ni desarrollado cada concepto utilizado, para no alargar en exceso esta entrevista. Por ello, que los lectores que tengan alguna cuestión no duden en consultar nuestra web o preguntarnos.  

 

Finalmente, también queríamos hacer un llamamiento a los lectores de esta entrevista para que se organicen y luchen, ya sea en su puesto de trabajo, barrio o universidad, que participen en espacios de activismo, formación y estudio, que se atrevan a sumarse a la lucha de los revolucionarios y los comunistas.  

Comentarios

  1. Anónimo9/16/2023

    Me ha encantado la entrevista. Gracias UHP-Asturias por dar la oportunidad a este partido, creo que van por la línea correcta.

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