A 100 años de su partida física, Lenin es joven de nuevo.


            Este 21 de enero del año 24 se cumplirá el centenario de la muerte de Lenin, cien años sin uno de los referentes más importantes para la causa del comunismo y la emancipación popular, cien años de ausencia física pero de continua presencia en el camino de la clase obrera por su autoliberación. Lo cierto es que el centenario de esta efeméride, la temprana muerte de quién desarrolló el comunismo científico y fue líder del primer estado obrero y popular de la historia, por desgracia, va a pasar un poco inadvertida. Este hecho se da por dos factores fundamentales, el primero, obvio, es que el sistema no va a focalizar mucho la atención mediática en la partida física de Volodia, pues su pensamiento sigue en parte bien presente en nuestra realidad y sigue sirviendo de guía para la emancipación social de los trabajadores. El segundo factor, es que las fuerzas populares y obreras del mundo se encuentran todavía en una fase de atrincheramiento desde la catarsis de finales del siglo XX, la influencia real de estas fuerzas en nuestras sociedades, aunque nos pese, sigue siendo mínima y debemos partir de una lectura real de la situación. 

Por ello, nos proponemos simplemente hacer un modesto homenaje al hombre que desacreditó todo el fango echado sobre los cadáveres de Marx y Engels, impulsó y desarrolló la ideología proletaria  y contribuyó de forma notoria a que la Revolución de Octubre triunfara. No se trata ahora de sacar a pasear la imagen de Lenin para escudarse y justificarse en todo, como tanto se hizo durante toda la historia de la URSS y buena parte de los países del socialismo real. La caricaturización e incluso el desproporcionado culto a la personalidad del que fue objeto el Lenin post mortem es un hecho que los comunistas en pleno siglo XXI debemos dejar de reproducir. Un busto, una estatua o una imagen de Lenin no van a solucionar los problemas del comunismo hoy, por mucho que algunos marxistas-leninistas se empeñen en ello. Pero huyendo de folclorismos huecos, es necesario poner hoy en día en valor la figura del líder bolchevique. 

Lenin sigue siendo clave para entender el mundo en que nos desarrollamos, y sigue siendo clave para que el proletariado de todos los países tome conciencia de su camino de integral liberación de toda la humanidad. Desde esta modesta trinchera que nos da la red, vamos a poner en relieve algunas de las contribuciones fundamentales de Lenin, que hoy todavía tienen una importancia capital para analizar y transformar nuestra realidad actual. Y por suerte, aquí no se va a rescatar a un Lenin sesgado y funcional para el sistema, como algunos sectores de los mass-media hicieron con Marx tras la última gran crisis financiera de 2008. Nosotros podemos y debemos dar una visión integral del legado y la actualidad de Vladimír Ilích Uliánov, aunque aquí nada más que se va a dar una breve aproximación inicial.

Lo primero de todo, Lenin sigue siendo joven en relación al simple hecho que durante toda su trayectoria analizó las situaciones concretas de su tiempo y contexto y utilizó de forma magistral el marxismo como método de análisis y transformación para incidir en ellas. Desde el primer Lenin, que desafió ya desde temprana edad las tesis revisionistas de la II Internacional, que no pretendían otra cosa que dejar en el basusero de la historia las principales contribuciones de Marx y Engels, hasta el Lenin líder de la Revolución Bolchevique, que no dudó en hacer una lectura realista de la situación e incluso dar un paso adelante, dos atrás, para consolidar al primer estado en camino del socialismo de la historia. 

Pero no pretendemos hacer una cronología de las aportaciones de Lenin al socialismo científico o a la experencia soviética. Para ello, el lector tiene a su alcance numerosas publicaciones de gran valía (y otras tantas tergiversaciones desde distintos flancos) y no consideramos objeto propio dicha tarea. Como Marx o Engels, en sus tesis fundamentales, Lenin sigue de rabiosa actualidad en pleno siglo XXI. El marxismo es la contraparte del capital, y como el, esta en continuo movimiento y expansión, en ello reside su fuerza teórica, pero también su fortaleza política, y por ello, práctica. 

En plena ola reaccionaria, en la que el capital ha decidido tomar un camino de ofensiva autoritaria y belicista, es fundamental acudir a Lenin para tener una idea clara sobre lo que es y debe ser una guerra justa y sobre que es y debe ser una guerra injusta. ¿Quiere decir esto que el contexto actual se explica sólo bajo el prisma de la guerra interimperialista y el derrotismo revolucionario? No. No es todo tan sencillo y cada conflicto que se va abriendo a lo largo del planeta tiene distinta naturaleza, no todo puede ser explicado bajo las condiciones de 1914. Pero gracias a las contribuciones de Lenin podemos desde una perspectiva de clase, anti-imperialista e internacionalista hoy en día analizar cada conflicto bélico y poder tener una posición justa sobre cada situación concreta.

Por supuesto, debemos a Lenin y otros posteriores camaradas la caracterización de la actual fase del modo de producción capitalista, que no es otra que la definición la época o fase imperialista. Ante un escenario de total confusión ideológica, en el que encontramos a personajes de izquierda a derecha sosteniendo cosas como que España no es imperialista por el hecho de ser lacaya de EEUU y la UE, Lenin estableció las principales tesis para definir la época del capital imperialista. Hoy, como lo era de forma incipiente en la época de vida de Lenin, el imperialismo es una realidad y gracias a las contribuciones del Gran Lenin, podemos partir de unas bases teóricas para analizar el mundo de hoy y saber categorizar las distintas pugnas que estamos viviendo. 

Es evidente que desde que Lenin redactó El imperialismo, fase superior del capitalismo la definición de imperialismo ha mutado, pero ejerciendo un acto de honestidad, no podemos quitar ni un ápice de realidad a la definición leninista. Creemos que el marxismo ha de seguir caracterizando de forma dialéctica y creativa nuestra época imperialista, analizando cada momento y situación. Insistir en lo que incidió Lenin en su praxis, todo muta, todo se expande, todo ha de ser juzgado en su justa y concreta situación. Si bien la idea de imperialismo de Lenin puede ser complementada con diversas enmiendas, la noción principal que nutre la tesis del bolchevique no ha perdido nada de actualidad. Los marxistas,  tenemos en la teoría leninista sobre el imperialismo una valiosa herramienta para analizar y explicar nuestro presente, de monopolios u oligopolios y progresiva concentración de capitales, con un instrumento pedagógico de primer orden a la hora de hablar de la actualidad política, geopolítica o económica. 

No podemos dejar pasar cómo Lenin de forma magistral supo establecer un equilibrio y un análisis real de la verdadera potencialidad del movimiento obrero para transformar la realidad. Si bien nunca dejo de dar un papel fundamental al movimiento obrero y popular, es Lenin quién señaló por primera vez de forma clara los límites reales de cuestiones tan importantes como la lucha económica, esto es, del sindicalismo como fenómeno. Estableció qué hacer y en que no incidir dentro del movimiento obrero, pues sin una teoría y una práctica verdaderamente revolucionarias, no podemos hablar de un fenómeno como la organización de los trabajadores en sindicatos de clase como fenómeno definitivo y definitorio del movimiento comunista. Señaló las principales desviaciones izquierdistas y derechistas dentro de la causa obrera y popular y trazó una guía o una orientación general para nuestra clase a la hora de autoemanciparse. 

Dichas desviaciones siguen impregnando nuestra actualidad, desde el sectarismo ultraizquierdista hasta el oportunismo reformista, y sólo el marxismo-leninismo, puede dotar a la clase de una verdadera alternativa para superar el status-quo y emprender un camino progresivo hacia el modo de producción comunista. Cuando vemos agrupaciones autodenominadas marxistas que se aíslan de las batallas económicas concretas de los trabajadores de determinada empresa debemos sacar la posición de Lenin para denunciar su falta de visión a la hora de ganarse a las masas. Cuando vemos burócratas políticos y sindicales en los estados capitalistas que lo confían todo a la dinámica sindical o parlamentaria, debemos sacar la bandera de Lenin igualmente. Denunciando su oportunismo y mezquindad, pues su único interés es seguir parcheando un sistema que jamás responderá a las necesidades e intereses de las masas trabajadoras. 

Y claro está, cómo dejar de lado la radiografía que Lenin hace del Estado y su papel en la historia. Aunque tanto Marx como Engels, y también Rosa Luxemburgo, incidieron mucho en la idea de hacer un análisis materialista de la noción de Estado, es Lenin quien sintetiza en obra y concepción superior la teoría marxista sobre el Estado en 1917 con quizá su más conocida obra. Lenin nos deja claro que el Estado no es un fin en sí mismo y que todo Estado nace de la sociedad, pero a su vez, de forma ajena a ella, como manifestación de lo irreconciliable de las contradicciones de clase, siendo a su vez funcional a la perpetuación de dichas contradicciones. 

De la teoría marxista sobre el Estado, se derivan por igual un montón de implicaciones y lecturas para la ideología comunista de conceptos presentes en la historia como la noción de libertad, democracia, dictadura o poder. ¡Cómo por ejemplo hoy poder hablar con honradez y dignidad al pueblo trabajador sin desenmascarar la verdadera esencia de la democracia burguesa! Es Lenin quién de forma genial es capaz de formar una sólida cosmovisión sobre esta cuestión concreta, haciendo un análisis material sobre la historia del Estado, sobre cómo el Estado funciona en la época imperialista y cómo el proletariado debe tratar la cuestión camino del comunismo. Tratarla, primero, valiéndose del Estado para aniquilar las contradicciones sociales que engendran el propio Estado y luego, alcanzado un modo de producción más avanzado, el comunismo, podrá la prescindir de la maquinaria estatal de represión y coerción burocrática. 

En otro orden de cosas, si estudiamos la realidad partiendo de los propios hechos, Lenin tenía razón, al sostener que la única forma de llevar al proletariado a la conquista del poder es mediante un movimiento de vanguardia que se apoye en las grandes masas. La audacia revolucionaria de Lenin tuvo que enfrentarse a numerosos elementos vacilantes o partidarios de una mayor horizontalidad en la organización de la clase, pero fue el líder de Simbirsk quién mostró a toda la humanidad progresista el camino de la victoria. Nuestra realidad ha cambiado, pero conceptos como la disciplina proletaria, el estudio riguroso de las coyunturas para incidir en la realidad y la necesidad de un destacamento de avanzada para toda la clase siguen hoy siendo fundamentales para abrir un nuevo horizonte rojo. 

Todo esto es una síntesis, superficial si se quiere, ¡cuántas cosas quedan en el tintero si nos referimos a las aportaciones de Lenin! Pero lo único que se pretende con esta nota, es hacer un pequeño y humilde homenaje al hombre que cambió para siempre la historia de nuestra clase y dotó a la causa comunista de imprescindibles herramientas para la liberación del yugo del capital. A 100 años de su partida física, el mejor homenaje que podemos hacer a Lenin es seguir estudiando su obra e implementarla en la práctica social contemporánea. Sin dogmatismos, sin abrazar la letra muerta de forma mecanicista, pero, usando sus incontestables aportaciones para que sean guía de nuestro presente. Lenin sigue siendo el terror de la burguesía y la esperanza para el pueblo oprimido. En tiempos de chovinismo, belicismo y depauperación de las condiciones vitales hagamos que su recuerdo viva y su obra nos conduzca a un escenario de victorias para nuestra clase. 



Asturies, xineru 2023


Comentarios

  1. Anónimo1/21/2024

    Buena invitación o aproximación para iniciarse en el pensamiento leninista. Creo que es fundamental estudiar la obra de Lenin para saber en que mundo estamos hoy, con tanto chovinismo, tanta confusión entre la izquierda alrededor de la conceptualización del imperialismo y por encima de todo para saber cómo y en qué condiciones se puede tomar el poder. Buenas palabras.

    Slava Lenin!

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