Entrevista a Alex Anfruns sobre Niger y el Sahel (2a parte): "las transformaciones pueden dar un salto cualitativo, sentando las bases de nuevas formas de organización social"


           La reciente publicación sobre la realidad de Níger, pero también centrada en toda la región del Sahel y los procesos soberanistas militares, nos ha llamado la atención para bien. Se trata de Níger: ¿otro golpe de estado…o la revolución panafricana?, la última gran obra de Alex Anfruns. Este libro de lenguaje claro y sintético, editado por El Viejo Topo, es la razón por la que UHP se ha acercado a él. Por supuesto, recomendamos encarecidamente su lectura y con esta entrevista vamos a adentrarnos un poco en la realidad sobre Níger y toda la región con la guía que ejerce el libro de Alex Anfruns. Esta es la segunda parte de nuestro intercambio con el autor. Podeis acceder a la primera parte de la entrevista con el compañero aquí. A continuación reproducimos la segunda parte:



-     El 26 de julio del 2023, el CNSP (Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria) dio un golpe de estado y derrocó al Presidente Bazoum con el objetivo de reconducir la política y la economía en Níger, controlar la corrupción y comenzar un verdadero proceso de descolonización. ¿Qué caracterización ideológica podríamos hacer del CNSP y qué camino podría recorrer en los próximos tiempos?


En primer lugar para conocer cuál es la mirada del CNSP hay que poner a prueba las ideas que tenemos sobre él mediante un examen de los hechos. La “doctrina anti terrorista” occidental ha sido empleada para tratar de mantener a los ejércitos del Sahel africano bajo tutela, siguiendo órdenes de gobiernos extranjeros. Uno de los errores de la estrategia imperialista francesa es haber descuidado la cultura y sensibilidad específica de los pueblos del Sahel. La humillación a la que el ejército maliense fue sometido es un factor que ayudó a darle un primer vuelco a la situación, y después la dinámica siguió en Burkina Faso para finalmente profundizarse y acelerarse en Níger. Poniendo en común esas experiencias, cada país avanza a partir de su historia particular.

A primera vista, parece sorprendente que una visión como la del CNSP se despliegue con tanta fuerza y determinación, en tan poco tiempo. Sin embargo, si abandonamos la idea de que se trata de una nueva “junta golpista” en la larguísima historia de los golpes de estado africanos, veremos que la idea clave de los miembros del CNSP se ha ido arraigando de manera silenciosa con el transcurrir de los años.

Evidentemente, es un golpe de Estado que no tiene nada que ver con los demás. Lo que revela la llegada al poder del CNSP es, ni más ni menos, algo tan estratégico como la defensa de la soberanía nacional. Eso sucede en medio de un país desestabilizado y cuyo futuro estaba en peligro por una amenaza cuyo origen parece haber sido por fin identificado. Esa sencilla idea contiene una poderosa fuerza, y tanto las constataciones que la acompañan como el lenguaje empleado por el CNSP, muestran que su combate no es un mero eslogan, sino que la refundación de la nación no es posible sin la intervención decisiva del pueblo a lo largo del proceso.

Lo he dicho en varias ocasiones desde la publicación del libro e insisto en ello: un ejército del Sur no tiene estrictamente nada que ver con un ejército imperialista: ni en su composición social, ni en su historia nacional, ni en sus misiones, ni en su capacidad de sacrificio, etc. Los actores de la historia surgen del contexto social específico que les ha tocado vivir y de una toma de conciencia individual, que les lleva a adoptar decisiones en un sentido progresista o reaccionario. El antagonismo entre clases nunca se detiene: aunque las herramientas y los conceptos puedan cambiar, entre un combate y el siguiente se forman siempre nuevos militantes que asumen tareas en la lucha. En los países del Sur sometidos al neo colonialismo, esa lucha de clases se expresa con un contenido nacionalista, y por ello no es sorprendente que una institución como el ejército pueda asumir ese tipo de tarea histórica.


- Acompañando a Níger, otras juntas militares, como el caso de Burkina Faso o Malí en la región, ya habían emprendido procesos similares. ¿Qué puntos de convergencia ves y qué diferencias intuyes que se podrían dar, si es que las hubiera?

El hecho de que el ejército esté dirigiendo el gobierno en esos tres países suele poner en segundo plano que cada uno tiene su proceso específico, con su historia y sus relaciones con otros actores de la sociedad. Sin duda los cambios no pueden satisfacer a todo el mundo, y en particular a quienes estaban acostumbrados a una “democracia” con centenares de partidos políticos cuyos programas eran iguales en lo esencial. La audacia en su manera de defender la soberanía nacional es el punto de convergencia de esos tres procesos, y obviamente los agentes del imperialismo tienen el foco puesto en las diferencias que puedan existir o surgir en el futuro.

La “lucha contra el terrorismo” es sin duda el mayor desafío que tienen en común estos tres países. Es importante subrayar que la llegada al poder de estos dirigentes tiene mucho que ver con el rechazo a la cooperación en materia de defensa y seguridad con los países occidentales, es decir con EE.UU., Francia o la U.E. Ese cuestionamiento por los ejércitos nacionales maliense, burkinés y nigerino ha sido frontal y determinante. Tiani señaló que con aquella cooperación con Francia, no solo “no se ha echado a los terroristas, sino que cada vez se han hecho más numerosos”, y en fecha reciente ha insistido en que las “potencias occidentales están asegurando una repoblación terrorista”. También ha declarado lo siguiente: “el adversario que tenemos en frente no es el terrorismo, es sobre todo Francia”. ¿Se puede hablar más claro?

Los tres dirigentes, Goita, Traoré y Tiani, llevan a cabo una labor de educación popular inestimable, al cuestionar el enfoque y la visión dominante sobre el terrorismo. Por ejemplo, Traoré ha definido el terrorismo como la “manifestación violenta del imperialismo”, mientras que Tiani ha indicado que ya no es adecuado hablar de terrorismo “islamista”, sino de mercenarios entrenados y financiados por potencias extranjeras, que tienen por objetivo repetir el esquema observado en Siria.


- Pones mucho énfasis en el libro en recalcar la riqueza de los estados del Sahel en cuanto a las materias primas. Es un lugar común decir -desde el centro imperialista- que los países que viven en el subdesarrollo tienen riqueza pero no saben explotarla. Lo cierto es que esto no tiene otra explicación que la dinámica capitalista en su fase imperialista, en este sentido, ¿qué mecanismos y cadenas de valor del imperialismo están siendo torpedeadas por los estados del Sahel respecto a la gestión de las materias primas?

Los proyectos al servicio de la soberanía alimentaria de los pueblos del Sahel significan un giro importante. En Níger o en Burkina Faso, el discurso sobre el desarrollo endógeno y de medidas a favor de la sustitución de importaciones muy costosas de productos de alimentación básica como el arroz, es repetido con insistencia por las autoridades. También podemos observar que hay un cuestionamiento e incluso la cancelación de contratos de explotación del uranio con ciertas multinacionales francesas o canadienses. Se trata obviamente de que los recursos de esa región sirvan para beneficio de los pueblos, y no solo a intereses extranjeros y una elite corrupta, como había sido el caso hasta hace poco. Por último, podemos subrayar la construcción de refinerías en los tres países, que cambian las reglas del juego del statu quo neo colonial.

Hay una conciencia en la población y en las autoridades de que la exportación de materias primas en su estado bruto debe dar paso a una auténtica etapa de desarrollo con estrategias de industrialización. Ese rechazo del papel reservado a ciertos países del Sur en la economía capitalista mundial, cuyo efecto es impedir su desarrollo, es un paso importante. Otros países lo dieron en el pasado, y siempre fueron objeto de amenazas y tentativas de desestabilización. La cuestión es hasta donde podrán llegar estos actuales procesos del Sahel, que cuentan con la ventaja de ser tres países en un frente unido contra el imperialismo.

- ¿Qué proyectos económicos en clave de desarrollo podrían elaborar juntos?

Los proyectos en marcha son numerosos. Uno es la cooperación energética que ofrece a un precio preferente el carburante nigerino a los países vecinos. También podemos destacar la creación del Banco Confederal de Inversión y Desarrollo, con un capital de 300 mil millones de FCFA constituido por fondos propios de los tres Estados del Sahel. Salir de las garras del sistema neo colonial y de la trampa de la “ayuda” al desarrollo de instituciones financieras como el FMI y el Banco Mundial no es sencillo a corto plazo, pero cuando observamos los pasos que se están dando con la defensa de un modelo de desarrollo endógeno y de la soberanía alimentaria, podemos afirmar que la Confederación de la AES tiene el objetivo de hacer respetar sus propias prioridades.

- ¿Qué potencialidades podría tener otro modelo de gestión de dichas materias primas en términos de soberanía y transformación social?

La transformación social que representa el paso de una economía extravertida, basada en la exportación de materias primas, a otra con una agricultura de mayor rendimiento y el regreso a iniciativas de industrialización y control del Estado en sectores estratégicos, es fundamental para el futuro del pueblo nigerino y en general para los pueblos del Sahel.

Es necesario oír declaraciones como las del ex ministro y antiguo secretario general de la Organización de los Productores de Petróleo Africanos (OPPA) Mahaman Laouan Gaya: “el verdadero desarrollo económico al cual nuestros países deben aspirar, supone energía en gran cantidad proveniente de complejos de refinería-petroquímica, presas hidro-eléctricas o centrales nucleares (potencialmente disponibles en el espacio AES). (…) Además, todas nuestras materias primas energéticas deben estar de ahora en adelante tratadas en el terreno, y toda exportación solo atañerá los productos energéticos acabados”.

Hay que tener en cuenta la situación de extrema pobreza, la falta de acceso a la electricidad y la ausencia de perspectivas para una población joven que tiene derecho a participar con la cabeza en alto en la construcción del futuro de sus sociedades. El camino del exilio nunca es una opción tomada por gusto. Detener esa hemorragia y esa huida de cerebros africanos, mediante la lucha contra la colonización cultural, ya es un motivo de esperanza y de optimismo para millones de africanos, no solo en la Confederación de Estados del Sahel, sino en todo el continente. Asestar moralmente ese golpe al Norte global, rechazando sus cantos de sirena, es algo con consecuencias todavía incalculables.

- Hay quienes ven en el acercamiento y la colaboración entre los países del Sahel y otros como Rusia o China una suerte de cambio de amos, que no rompe la baraja imperialista. ¿Qué opinas de este discurso?

Que es un discurso infantil e infantilizante, realizado desde una posición moral y abstracta, no desde un estudio de las condiciones materiales concretas. Las condiciones en las que debe librarse una lucha no se escogen nunca por los actores, sino que están dadas de antemano. La cooperación militar con Rusia permitió a Mali recuperar su soberanía territorial en Kidal, así que es ridículo acusar a Mali de haber simplemente “cambiado de amo”.

Yo planteo en mi libro esa cuestión con matices en un capitulo titulado “Rusia tras los bastidores: mitos y verdades”. Ahí analizo la historia de las relaciones entre África y Rusia desde un punto de vista histórico, distinguiéndola de la brutal y sanguinaria historia que prevaleció con las potencias coloniales. También muestro cuál es la tendencia y el enfoque de Rusia en el continente africano, que puede considerarse como pragmático.

Respecto a China, me gusta dar este ejemplo que se remonta a la primera década de 2000: era el periodo en el que bajo el mandato de Mamadou Tandja en Níger comenzó a producirse la apertura de socios comerciales, tras un largo periodo de control y monopolio por multinacionales occidentales. La opción de Tandja por China fue altamente estratégica, ya que no se trataba solo de concluir un nuevo acuerdo diversificando socios -lo cual fue impedido siempre por el antiguo amo colonial francés-, sino sobre todo de obtener ventajas importantes para el Estado nigerino gracias a la empresa china de petróleo, que contribuyó con su financiación a la construcción de una refinería de petróleo. En medio del bloqueo de la CEDEAO contra Níger tras el golpe de estado del CNSP, la existencia de esa refinería tuvo la importancia de un chaleco salvavidas.

- El rumbo de los nuevos líderes del Sahel, que atenta contra los intereses del imperialismo francés o yanqui en la zona, sumado a la presencia de grupos islamofascistas en la región o la existencia de estados más fuertes, como Nigeria, que se niegan a romper con su rol neo colonial, forman un avispero peligroso. ¿Crees qué hay posibilidades reales de que surja un conflicto bélico en la zona de grandes magnitudes?

Desde la desaparición de la URSS hemos sido testigos de un número espeluznante de guerras promovidas por la OTAN. Los documentos estratégicos sobre defensa de los países occidentales dejan muy claro que el Sahel es una zona donde el conflicto puede volverse aún mayor. Lo que obviamente no indican es cuál es su responsabilidad en los conflictos. Los casos de Afganistán, Iraq, Libia, Siria e incluso Gaza deberían alertarnos sobre el rol incendiario de los llamados “países mas avanzados”. Lo que debe estudiarse son las características de las nuevas guerras de la OTAN, que ya no implican forzosamente el envió de tropas al suelo ni el enfrentamiento entre dos ejércitos regulares.

Los ejércitos del Sahel tienen muy presente la forma en la que sus enemigos están tratando de desestabilizar sus países, con el uso de mercenarios y la guerra de la información. Por otro lado, eso tiene el efecto de volver mas borrosas las implicaciones y los actores en juego. Frente a esa amenaza real, los pueblos necesitan conocerse unos a otros y organizar una solidaridad concreta, de palabras y de hechos. Por eso he escrito el libro Níger: otro golpe de Estado o la Revolución panafricana?: para analizar las causas de una posible guerra occidental contra Níger y la Alianza de Estados del Sahel, y para disponer de una herramienta útil de solidaridad.

 Una frase que nos ha encantado tuya en el libro es la que afirma que “un proceso de descolonización no es una declaración política”. En este sentido, pasados ya dos años desde la publicación del libro, ¿cómo valoras el rumbo que ha ido tomando el proceso hasta la actualidad?

Gracias al golpe de Estado en Níger, que considero la culminación de todo un proceso de defensa de la soberanía nacional en el Sahel, la toma de conciencia política se ha estado extendiendo en las masas africanas. La madurez de los dirigentes nigerinos del CNSP, en especial, creo que ha servido para afirmar y aportar una mayor claridad a los procesos. En todo caso, sin aquel golpe en Níger, hoy no estaríamos hablando de la Confederación de Estados del Sahel, y creo que ese país tiene un papel esencial en el proceso.

En Níger se han tomado desde hace más de un año muchas medidas sociales que siguen siendo poco conocidas y valoradas, como la reducción de los alimentos de base, del cemento o del acceso a la sanidad. Dar a conocer esas medidas me parece fundamental para seguir profundizando la solidaridad con la revolución panafricana en el Sahel. También es cierto que desde la creación de la AES, y probablemente gracias a las notables intervenciones de Ibrahim Traoré, ha habido un empujón formidable al conocimiento que se tiene de aquellos procesos desde el extranjero. Aunque aun queda mucho por hacer.

- ¿Crees que los procesos podrían derivar en una primera fase de construcción del socialismo en estos países, como intentó el gran Thomas Sankara?

Son muchos quienes observan en el discurso de Ibrahim Traoré ecos del pensamiento de Thomas Sankara. En mi opinión, el sankarismo no solo está presente en Burkina Faso y su presidente, sino también en las poblaciones de los tres países de la AES, y en las de muchos otros países africanos. De hecho, Sankara está hoy más vivo que nunca en el seno de la juventud africana. Desde la propaganda occidental, ese discurso anti imperialista suele ser presentado como “demagógico” o “populista”. ¿Por qué será? Y al mismo tiempo, ¿debemos creernos como si fueran misa las palabras de Macron o Trump?

Lo cierto es que la identificación de actores externos, que históricamente han corrompido las elites y saboteado las posibilidades de desarrollo de la región, es un requisito para que los pueblos comprendan que hay un vuelco auténtico en la política del país, para que se mantengan alerta y se movilicen junto a los dirigentes. La participación popular en los actuales procesos no es algo abstracto, sino que se manifiesta en movilizaciones y discursos de representantes sindicales, por ejemplo del sector educativo. Los sindicatos de la educación tienen mucha experiencia en la historia de Níger y su apoyo al CNSP debe ser valorado. Recordemos que fueron un pilar fundamental de la oposición política, tras la represión y el exilio forzado contra el movimiento SAWABA de Djibo Bakary.

Creo también que el trabajo de descolonización cultural que está en marcha actualmente, con la recuperación de figuras de liberación africanas como Sankara o Bakary, son el signo de que el objetivo es a largo plazo. Estamos asistiendo a un cuestionamiento total de la historia oficial de las Independencias del 1960 y de las políticas llevadas a cabo en más de seis décadas dentro de una camisa de fuerza neo colonial.

Es lógico que haya impaciencia por ver llegar grandes cambios, pero antes de juzgar demasiado rápido, hace falta aproximarnos a la realidad social y económica de los países del Sahel. El rechazo a la opulencia, la explotación y la desigualdad está bastante arraigado en aquellas sociedades. Las transformaciones que se empiezan a llevar a cabo en el Sahel pueden dar un salto cualitativo, sentando las bases de nuevas formas de organización social en las que las masas construyan ese socialismo a partir de realidades culturales y especificas de esos pueblos.


Muchas gracias por tu tiempo Alex, y por poner en el foco la realidad de una región tan maltratada y olvidada por el centro imperialista. Insistimos a los lectores a acercarse a tu publicación sobre Níger, pues esta conversación en dos partes nos ha parecido sumamente interesante y clarificadora. Recomendamos a todos a seguirte por distintos medios (publicaciones, redes, etc.).




Asturies, xunetu de 2025

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