Reseña: El facismo de los antifascistas, de Pier Paolo Pasolini.
Una de las grandes referencias de la literatura italiana de posguerra y posteriormente del cine ha sido Pier Paolo Pasolini, quién siempre tuvo un perfil muy peculiar, adherido siempre al pensamiento comunista pero que siempre tuvo relaciones complicadas con el PCI y otros colectivos italianos marxistas. Estudió Arte y Literatura en su Bolonia natal, dónde ejerció de docente universitario entre 1943 a 1949. En 1950 llega a Roma y comienza a publicar una buena y original literatura, con novelas, ensayos y poesías en las que destripaba la sociedad italiana de su tiempo, situándolo a la vanguardia literaria de los años 50 y ganando ya cierta fama.
Por otro lado es de sobra conocida su carrera de director cinematográfico, que inició en la década de 1960 y que no dejó indiferente a nadie, tanto por los contenidos que abordaba como por el propio lenguaje y forma que cogía el cine pasoliniano. Su asesinato en 1975 en extrañas circunstancias todavía abre debate en Italia, pues se relaciona con una de sus películas más crudas y críticas, Saló o los 120 días de Sodoma, antes de ser publicada, película que retrata cómo los poderosos de Italia abusaban de menores indefensos, ambientada en la época fascista pero que da a entender que era una realidad de su época.
En 2018 la editorial Galaxia Gutemberg recuperó diversos escritos de Pasolini y los compiló en una pequeña publicación que tituló El fascismo de los antifascistas, que recopila parte del contenido de su célebre libro Escritos Corsarios y otras publicaciones. La editorial consideramos que quiere hacer un viaje sobre el pensamiento de Pasolini sobre el fascismo en diversos planos desde 1962 a 1975, año de su asesinato. Por cierto, recomendamos que veáis el catálogo de la editorial pues hay ensayos muy interesantes.
Nos resulta interesante la publicación por varias razones, la primera obviamente la complejidad algunas veces de entender al propio autor y sus críticas, muchas veces veladas, otras abiertas y brutales a la llamada sociedad de consumo que le toca vivir y cómo relaciona el neocapitalismo con la idea fascista. En sus escritos Pasolini alerta sobre una nueva forma de fascismo, alejada de toda la carga ideológica y folclore de la época de Mussolini, sin corporativismo, sin camisas negras ni grandes organizaciones de masas, pero capaz de moldear la conciencia de los individuos, sus ideas políticas y un nuevo interclasismo menos evidente pero más rentable para el capital.
Si bien no son textos para tomar de forma muy analítica si nos plantean ya en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado cuestiones que hoy en día están más vigentes que nunca. ¿Puede la homogeneidad cultural de la Globalización allanar el camino hacia la uniformidad politica y social del mundo al servicio del capital?, ¿esto sería una nueva forma de fascismo?. ¿Pueden los partidos y medios de comunicación generar una nueva cultura popular no muy distinta a la que quería generar el fascismo con su conciliación de clases?, ¿el neofascismo como pose rebelde es resistencia al sistema o una gama más en un mercado de etiquetas que ofrecen más alternativas de consumo transgresor?. Son cuestiones que hay que considerar al leer el libro y que nos pueden dar que pensar con su lectura.
En cierta manera el libro puede relacionarse con la obra del sociólogo marxista francés Michel Clouscard, que también puso sobre la mesa como el capitalismo podría estar reciclando una nueva forma de fascismo para crear una sociedad dónde la dictadura del capital fuera indiscutible aunque el sistema permita el disenso posmoderno, que el francés llama freudomarxismo. Al menos si que vemos vasos comunicantes entre ciertas tesis del francés con el italiano.
Así pues, siempre es interesante leer a Pasolini, pero su aproximación entre la idea del viejo fascismo y sus nuevas variantes, la crítica que hace a cierta izquierda ya sistémica en su época, cómplice con una nueva antropología italiana orientada al consumo o cómo la cultura popular se encamina a unos márgenes muy estrechos y delimitados nos parece muy interesante.
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